Sumario de la natural historia de las Indias
Gonzalo Fernández de Oviedo
Capitulo 1. De la navegación
La navegación desde España que comúnmente se hace para las Indias, es
desde Sevilla, donde vuestra majestad tiene su casa real de contratación para
aquellas partes, y sus oficiales, de los cuales toman licencia los capitanes y
maestres de las naos que aquel viaje hacen, y se embarcan en San Lúcar de
Barrameda, donde el río de Guadalquivir entra en el mar Océano, y de allí
siguen su derrota para las islas de Canaria, y comúnmente tocan a una de dos de
aquellas siete, que son y es en Gran Canaria o en la Gomera; y allí los navíos
toman refresco de agua y leña, y quesos y carnes frescas, y otras cosas, las
que les parece que deben añadir sobre el principal bastimento, que ya desde
España llevan. A estas islas, desde España, tardan comúnmente ocho días, poco más
o menos; y llegados allí, han andado doscientas y cincuenta leguas. De las
dichas islas, tornando a proseguir el camino, tardan los navíos veinticinco
días, poco más o menos, hasta ver la primera tierra de las islas que están
antes de la que llamamos Española; y la tierra que comúnmente se suele ver
primero es una de las islas que llaman Todos Santos, Marigalante, la Deseada,
Matitino, la Dominica, Guadalupe, San Cristóbal, etc., o alguna de las otras
muchas que están con las susodichas. Pero algunas veces acaece que los navíos
pasan sin ver ninguna de las dichas islas ni de cuantas en aquel paraje hay,
hasta que ven la isla de San Juan, o la Española, o la de Jamaica, o la de
Cuba, que están más adelante, o por ventura ninguna de todas ellas, hasta dar en
la Tierra-Firme; pero aquesto acaece cuando el piloto no es diestro en la
navegación. Pero haciéndose el viaje con marineros diestros, de los cuales ya
hay muchos, siempre se reconoce una de las primeras islas que es dicho, y hasta
allí se navegan novecientas leguas desde las islas de Canaria, o más; y de allí
hasta llegar a la ciudad de Santo Domingo, que es en la isla Española, hay
ciento y cincuenta leguas; así que desde España hasta allí hay mil y
trescientas leguas; pero como se navegan bien, se andan mil y quinientas y más.
Tárdase en el viaje comúnmente treinta y cinco o cuarenta días; esto lo más
continuadamente, no tomando los extremos de los que tardan mucho más o llegan
muy presto; porque allí no se ha de entender sino lo que las más veces acaece.
La vuelta desde aquellas partes a éstas suele ser de algo más tiempo, así como
hasta cincuenta días, poco más o menos. No obstante lo cual, en este presente
año de 1525 han venido cuatro naos desde Santo Domingo a San Lúcar de España en
veinte y cinco días; pero, como dicho es, no habemos de juzgar lo que raras
veces se hace, sino lo que es más ordinario. Es la navegación muy segura y muy
usada hasta la dicha isla; y desde ella a Tierra-Firme atraviesan las naos en
cinco, y seis, y siete días, y más, según a la parte donde van guiadas; porque
la dicha Tierra-Firme es muy grande, y hay diversas navegaciones y derrotas
para ella. Pero la tierra que está más cerca de esta isla y está enfrente de
Santo Domingo es aquesta. Todo esto es mejor remitirlo a las cartas de navegar
y cosmografía nueva, la cual ignorada por Tolomeo y los antiguos, ninguna cosa
de ella hablaron; pero porque aquesto no es menester para aquí, iré a las otras
particularidades, donde me detendré más que en aquesto, que es más para la
general historia que de estas Indias yo escribo, que no para este lugar.
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